domingo, 14 de agosto de 2011

La primera etapa de la techada del Tambo Colectivx 22 de Junio de 2011, La Paz - Bolivia

Viendo cómo hemos empezado, podemos pensar, también, cómo podemos concluir y materializar nuestras aspiraciones, todo tiene que hacerse con amor, con esa amistad que tan compleja es, que mejor si se la entiende como la amistad con mayúsculas.

Podemos parecer distraídos, pero que las apariencias no les engañen, siempre, todos los colectiverxs, están viendo cada detalle de lo que se hace en el Tambo.


Las paredes, los tijerales y los listones, clarito nos decían como proceder para elevar el techado. El mastroy es mucha dosis, a ratos uno se retrae bastante tiempo para entender cosas que nos va indicando, pero ese “tiempo” tiene que ser instantes fugaces, porque lo que necesita el mastroy lo necesita ese rato.



Concluir es parte de un hacer, pero éste no es y ya. Éste tiene que reflejar lo que uno ha aprendido en toda su día y en su vida, nada puede quedarse a la deriva, cada centímetro, cada suspiro tiene que estar acompañado de la paciencia y el buen humor.




Todo parece no cambiar, pero ahí esta lo que cambia.




Cada metro cuadrado de nuestro techo pesa 48 kilos, pero la estructura esta pensada para eso y más, el mastroy, precavió hasta para una nevada o una granizada que caracteriza a nuestra ciudad.


Cuando uno hace las cosas con mucho esmero, uno no tiene por qué dudar o sentir miedo de que todo se venga para abajo, algo así comentaba Marco quien hasta hace poco perdió su vértigo.


Ser parte de todo este proceso es muy grato, todos, estando cerca o lejos, nos hacen sentir su presencia y su cariño. En el Tambo, lo lindo es que siempre nos espera. Julio Cesar ya lo dijo, uno viene al tambo para recargar energías para seguir adelante.


Les dejo con la imágenes, ya que me parecen más elocuentes.


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