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lunes, 18 de enero de 2016

EL TRASFONDO COLONIAL DEL FONDIOC


En los últimos meses, Bolivia está siendo testigo de uno de los casos más graves de corrupción, la institución protagonista es el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades Campesinas (FDPPIOYCC o FONDIOC),  que el Estado ha declarado “en liquidación” –e inmediatamente ha abierto un “Nuevo” Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas-, luego de haber promovido la publicación de una lista de proyectos observados en auditoría e incluso declarados como fantasmas, señalando como responsables a varias autoridades originarias, dirigentes indígenas y campesinxs. La opinión pública está haciendo un inescrupuloso escarnio del tema y sus actores, sin detenerse en la especificidad y concepción que revela la conformación de un “fondo indígena” en un estado de plurinacionalidad y ante las manifestaciones de un vigente sistema colonial, donde el poder se traduce en un aparato clientelar y no en ninguna concepción ni propia ni territorial de gobierno indígena.
Nosotrxs, estudiantes, investigadores, profesionales y activistas que en diferentes momentos hemos acompañado al movimiento indígena y campesino, hoy no podemos quedarnos en el balcón desde donde se emiten juicios racistas, ni desentendernos de los verdaderos proyectos políticos que largamente las autoridades indígenas y originarias han sostenido. Consideramos que existe una serie de irregularidades a nivel jurídico que omiten a determinados actores y momentos en su observación supuestamente técnica al proceso de formulación, seguimiento y evaluación de proyectos, en la que no se está midiendo a todos con la misma vara, sino de acuerdo a diferentes intereses político-partidarios, los compromisos de sus cúpulas dirigenciales o su estructura orgánica en descomposición. Presentamos algunos detalles de un caso dentro de la veintena de casos judiciales que la liquidación del FONDIOC devela, el del Tata Félix Becerra, ex autoridad Jillir Apu Mallku del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyu (CONAMAQ), para visibilizar otros aspectos del la burocracia estatal e instituciones de desarrollo que se esconden bajo el escandalo e influyen los juicos contra los involucrados tanto en el sistema jurídico como la opinión publica. 
En noviembre de 2015 el Tata Félix fue notificado por la Fiscalía de La Paz  a declarar sobre el incumplimiento de contrato y enriquecimiento ilícito sobre un proyecto denominado “Capacitación de Recursos Humanos Técnicos Productivos para el Fortalecimiento de las Organizaciones Nacionales CSUTCB, CNMCIOB-BS, CONAMAQ, CIDOB” y que fue formulado en una gestión anterior a la suya.  Viajó desde su comunidad que se encuentra en el municipio de Tapacarí departamento de Cochabamba a La Paz para presentar su declaración, donde un juez decidió su aprehensión por peligro de fuga, bajo el argumento de que no cuenta con un domicilio y trabajo en la ciudad de La Paz. Después de suspender la audiencia en tres ocasiones (por motivos arbitrarios y burocráticos), se falló que el Tata Félix no será juzgado en libertad, a pesar de que él mostró una certificación de su domicilio y trabajo como autoridad originaria y agricultor, firmada y sellada por las actuales autoridades de su comunidad; y a pesar de que la cuenta de desembolso de los recursos está a su nombre, se respaldó proporcionando varios documentos que muestran que otra persona, la que ha diseñado y administrado el proyecto, recibió los fondos investigados.
Ahora bien, siguiendo el rastro del proyecto, la documentación del expediente que Félix Becerra expone abiertamente desde su celda indica que en mayo de 2011, la directiva del FONDIOC habría sostenido reuniones y un convenio con la embajada de Rusia, logrando convenir 18 becas de estudio para jóvenes de las organizaciones matrices. El pleno de la directiva, de la que Félix Becerra no formó parte, aceptó una serie de requisitos para acceder al beneficio, entre éstos el pasar cursos acelerados del idioma ruso en el Instituto Tecnológico Mundial en Santa Cruz, para lo cual se financiaría el mencionado proyecto de fortalecimiento de capacidades en anticipación de un programa de estudios en el extranjero. Las organizaciones hicieron un sorteo para determinar qué jóvenes serían los beneficiarios de un curso que se llevó a cabo desde el 20 de agosto de 2011 hasta marzo de 2012. Sin embargo, según un informe solicitado el 20 de diciembre de mismo año, los alumnos explican que fueron cursos en los que, además de invertir recursos propios, nunca hubo regularidad y mucho menos recibieron el material de escritorio del que se tienen descargos y cuestionan el accionar del Instituto Tecnológico Mundial, que se adjudicó este proceso de aprendizaje. Además, como evidencian los informes y descargos del proyecto referido entregados en septiembre de 2012 al FONDIOC, la persona que autorizó el desembolso del fondo es la misma persona que realiza el cobro y las facturaciones desde el mencionado instituto de lenguas, la técnico y contadora del proyecto en el FONDIOC.
Cabe señalar las relaciones entre las comunidades y sus autoridades así como entre ellas y instituciones estatales y de organizaciones de desarrollo que subyacen este y otros casos. Félix Becerra como muchos dirigentes de comunidades y federaciones campesinas o regionales indígenas, debían validar las iniciativas que surgían en sus comunidades, pero también, las que se promovían en las cúpulas dirigenciales. Validar, firmar, sellar documentos resguardando los “cupos” que logran sus organizaciones y además, como las ONGs e instituciones del Estado les han enseñado durante décadas, a confiar en los instructivos de las oficinas técnicas, en este caso del FONDIOC, y se han visto presionados a abrir cuentas bancarias SIGMA a nombre propio, para agilizar los desembolsos y ejecuciones. Para una autoridad indígena originaria, asumir este tipo de responsabilidad no es extraño, pues las comunidades territoriales siempre han tenido aportes propios y sus autoridades, que invierten toda su vitalidad social y simbólica en sus cargos, tienen toda la confianza de sus comunidades para manejar recursos y ejercer el poder político de sus territorios.
A nivel burocrático, el desembolso de recursos del FONDIOC por reglamento  no permite la transferencia de fondos sin la participación de 3 de los beneficiarios (representante legal de la organización, responsable de la comisión de administración y responsable de la comisión de ejecución). En este caso los fondos no quedan en su cuenta sino fueron destinados a la administradora encargada de la ejecución del proyecto. Los responsables fueron Julia Ramos Sánchez de la Confederación de mujeres Bartolina Sisa, Félix Becerra Villcarana de CONAMAQ y Roberto Coraite Cruz de la CSUTCB, quienes fueron convocados en su gestión de 2012 a firmar el convenio de financiamiento para el proyecto “Capacitación de Recursos Humanos Técnicos Productivos para el Fortalecimiento de las Organizaciones Nacionales” que fue solicitado y aprobado en 2011, durante la gestión anterior bajo la supervisión del entonces Director Ejecutivo del Fondo Indígena y la administradora (que también figura como directora del Instituto Tecnológico Mundial), que recibió el desembolso de Bs. 56.000 para ejecutar y manejar el proyecto. Los responsables, actualmente perseguidos por el Estado, solo cuentan con fotocopias de los respaldos los desembolsos firmados por la administradora y contadora del proyecto. Según las declaraciones de  los responsables, las facturas originales fueron presentados al FONDIOC en septiembre de 2012 por la administradora.
La falta de documentación en la que se basa la denuncia instaurada por la Interventora del Fondo Indígena en liquidación muestra la persecución política de un sistema de justicia que no cuenta con imparcialidad. Además, lo que llama la atención en este y otro casos del FONDIOC es el enfoque de una retórica negativa de la prensa hacia autoridades indígena originaria campesinas, mientras otros técnicos, administradores y ex directores de la misma institución que actualmente hacen denuncias contra ellas siguen libres. En este caso, aunque se ha solicitado que se amplíe la investigación contra la persona que ha administrado el proyecto y a la vez ha recibido el beneficio de las contrataciones, no ha presentado sus declaraciones ni es perseguida.  
El caso de la ex autoridad originaria Félix Becerra expone la lógica del entrampamiento que el Estado viene reproduciendo en diferentes momentos históricos y a través de gobiernos que ensalzan su popularidad sobre las masas que les sirven de justificativo para ejercicios de poder encumbrados en la jerarquía de clases, pero también en la estructura colonial que determina diferencias culturales y epistemológicas. Por más que 15 años el Tata Félix ha sido un líder en los movimientos indígenas de Bolivia, participando de los procesos de resistencia y protesta de 2003 y de la Asamblea Constituyente, cumpliendo su cargo como autoridad de su comunidad y de CONAMAQ, impulsando proyectos y viajando por varios países para promover los derechos de los pueblos indígenas y exigiendo la aplicación de las normas a su favor, independiente de los partidos políticos. No es extraño que varios dirigentes campesinos e indígenas, conocidos por sus comunidades y otras personas que los hemos tratado y sabemos de sus principios y consecuente ética comunitaria, a favor de la reconstitución territorial como único proyecto político, se vean ahora señalados por procesos judiciales que se desentienden de la trama paternalista que ha sembrado un sistema de intermediación social, donde los maestros rurales, técnicos de desarrollo, líderes y otros desventurados, ejercen abusos de poder gracias a sus privilegios epistemológicos en el mundo occidental y la burocracia en la que cada día comunarias y comunarios son discriminados y extorsionados en diferentes oficinas estatales.
Por todo esto, queremos convocar a aquellas personas, activistas, colectivos, organizaciones y grupos rurales y urbanos a estar alertas al manoseo político, al moralismo de uno y otro lado que se desentiende de la situación de las mujeres y hombres en el campo, pero arden de placer al acusar no sólo a personas, con determinadas trayectorias políticas, sino también a estructuras organizacionales históricas que han apostado sus cuerpos y acciones por construir sus propias ciudadanías, por interpelar al mundo con sus marchas y tener la potencia de generar no sólo líderes, sino ideas, visiones y culturas que al parecer, el Estado Plurinacional todavía no quiere ver, ni comprender, ni respetar.
Un ejercicio de honestidad no sólo para los observadores, sino para los propios actores beneficiarios de este fondo, es que la excepcionalidad de un “fondo indígena” tiene una carga de condescendencia que no debiéramos estar dispuestos a aguantar. Que mientras el lenguaje sean los “cupos”, los “favores”, las “pegas”, siempre estaremos ante una institucionalidad colonial y dominante, que nos quiere sumisos ante determinadas condiciones. No es sorpresa que cada dirigencia haya respaldado y promovido a determinados técnicos para conformar la institucionalidad del FONDIOC, sólo debieran los “analistas” remitirse a la historia del actual instrumento político en gobierno, para comprender la lógica de juntucha que ha conformado un funcional Pacto de Unidad, para luego excluir a las organizaciones que se resisten al extractivismo de los recursos naturales, y permitirse desgastar los recursos del Estado en shows políticos y mediáticos, en lugar de sostenerse y aprender de la verdadera energía popular e indígena.
Si vivimos en un permanente clima electoral, no debe extrañarnos el endurecimiento de los discursos, el problema de corrupción en el FONDIOC no tiene que ver sólo con el racismo y la descomposición de algunas estructuras organizacionales, tiene que ver con la potente reestructuración de un Estado colonial, que permite generar redes criminales para manipular estructuras organizacionales basadas en el territorio. El caso del tata Félix Becerra da muchas luces, su anciano padre ha viajado 4 veces desde su comunidad en Tapacarí hasta la ciudad de La Paz, donde su hijo está preso, él indica que habla aymara y quechua, pero le cuesta comprender el lenguaje de los abogados y luego de vender su ganado, no cuenta con más recursos, pues las tres audiencias suspendidas y ahora, la necesidad de apelación del caso, ha dejado una familia desmembrada y está sembrando el temor en las comunidades que ven en la ex autoridad a un hombre honesto. Además, el hecho de que la detención actual del Tata Félix se base en la supuesta falta de prueba de domicilio y trabajo, a pesar de la certificación de las otras autoridades de su comunidad sobre su cargo legítimo, da luz de la existencia de un Estado-nación que todavía no reconoce ni valora la organización socioeconómica y política de los pueblos indígena originario campesinos que constituyen la plurinacionalidad y la base de la sociedad boliviana. 
Si al menos este Estado comprendiese su propio carácter plurinacional, reconocería la enorme distancia que reproducen los proyectos de desarrollo y permitiría que estos casos sean juzgados no por la justicia ordinaria que se desentiende de las estructuras organizacionales y comunitarias, y se abriría paso al ejercicio de la justicia indígena originaria campesina (JIOC) que es el sistema legítimo para juzgar estos conflictos, para luchar en contra del dislocamiento que generan las jerarquías epistemológicas entre el mundo occidental y las naciones originarias, y poder construir los instrumentos necesarios para que sean ellos los que desde sus principios juzguen y sentencien sus propios errores, si no es así ¿Cómo ejercer la autodeterminación? ¿Por qué no apostar por los verdaderos gobiernos indígenas?
Firmamos al pie de este pronunciamiento, de forma independiente y convocando a la solidaridad y consecuencia con el compromiso con las naciones indígenas originarias:

Organizaciones (orden alfabético):
Asociacion Departamental de Antropólogos de La Paz
Colectiva Ch’ixi
Territorios en Resistencia
Colectivo feminista "Las Ramonas"
                                                

Personas (orden alfabético)
Almeida, Marina, Asociacion Nuestroamericana
Arnez, Marco; Colectivx Ch’ixi
Baltz, Viviana; Colectivx Ch’ixi
Bautista, Ruth; Colectivx Ch’ixi
Díaz Cuellar, Vladimir; Universidad de Carleton
Derpic, Jorge; Universidad de Texas
Francescone, Kirsten; Universidad de Carleton
Hinojosa, Alfonso; Colectivx Ch’ixi
Kennemore, Amy; Universidad de California
Latino, Eduardo, Revista La Correntada
Machicado Bowies, Fernando
Montellano, Violeta; Colectivx Ch’ixi
Morán Paz, Tatiana; Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador
Muller, Juliane
Murillo, Mario; Colectivx Ch’ixi
Núñez del Prado, José; CIDES
Núñez del Prado, Matilde
Pachaguaya, Pedro; Secretario Académico ADA La Paz
Pacheco, Daniel; EVA Yungas e.V.
Poma, Mabel; Colectivx Ch’ixi
Quiroga Saavedra, Rosa; Universidad Nacional de Córdoba
Rivera Cusicanqui, Silvia; Colectivx Ch’ixi
Salazar, Cynthia; Universidad Nacional Autónoma de México
Tórrez, Ramón; Saberes Bolivianos
Tudela, Malkya; Periodista